«Estos signos son muy habituales en niños muy activos y cada vez son más comunes en los infantes que padecen obesidad. La consecuencia es la provocación de diferentes tipos de molestias en el pie, especialmente en el talón, y también aplanamiento del mismo», ha afirmado Maite García.
Desde el ICOPCV se ha asegurado que el sobrepeso está asociado a diferentes tipos de trastornos músculo-esqueléticos de las extremidades inferiores y de los pies en los más pequeños. Debido a que las articulaciones del pie son articulaciones de carga, las patologías más frecuentes son aumentar el aplanamiento de la bóveda plantar (cuando hay una predisposición a padecerlo), que genera el conocido «pie plano», planos-valgos o genu valgos (desviaciones de los pies y las rodillas). Se trata de patologías que implican una inclinación a causa del exceso de peso y que, además, pueden afectar a la hora de caminar por una tendencia a apoyar mal el pie y generar posiciones inadecuadas que afecten al aparato locomotor, especialmente piernas y espalda.